Adolph Friedrich Erdmann (posteriormente: von) Menzel fue un pintor alemán famoso por sus pinturas a menudo inspiradas en la historia, que es considerado el más importante exponente del realismo pictórico del siglo XIX en Alemania. Su obra no fue ajena al vino. Esto lo podemos comprobar en “Cena en el baile”, fechado en 1878.
Junto con Caspar David Friedrich, está considerado uno de los dos artistas alemanes más destacados del siglo XIX, y fue el artista de más éxito en su época en Alemania. Su popularidad en su país natal, debida especialmente a obras de propaganda política, fue tal que pocas de sus grandes pinturas abandonaron Alemania, donde fueron rápidamente adquiridas por museos en Berlín La obra gráfica de Menzel y sus dibujos se difundieron más ampliamente; estos, junto con cuadros informales que no estaban realizados inicialmente para ser expuestos, son la causa en gran medida de su reputación póstuma.
Nació en Breslavia. Su padre era litógrafo y pretendió educar a su hijo como profesor; sin embargo, no frustraría su gusto por el arte. Después de dimitir de su puesto como enseñante, Menzel padre abrió un taller litográfico en 1818. En 1830 la familia se trasladó a Berlín, y en 1832 Adolph se vio obligado a hacerse cargo del negocio litográfico a la muerte de su padre. En 1833, estudió brevemente en la Academia de Arte de Berlín, donde aprendió de moldes de escayola y antiguas esculturas; en general Menzel fue autodidacta. Sachse de Berlín publicó su primera obra en 1833, un álbum de dibujos a pluma y tinta reproducidos en piedra, para ilustrar el pequeño poema de Goethe, Künstlers Erdenwallen. Ejecutó litografías en el mismo estilo para ilustrar Denkwürdigkeiten aus der brandenburgisch-preussischen Geschichte, Los cinco sentidos y El orador, así como diplomas para varias corporaciones y sociedades. De 1839 a 1842, produjo 400 dibujos, introduciendo en gran medida en Alemania la técnica de la xilografía, para ilustrar la Geschichte Friedrichs des Grossen (Historia de Federico el Grande) por Franz Kugler. Posteriormente sacó Die Armee Friedrichs des Grossen in ihrer Uniformierung (Los uniformes del Ejército bajo Federico el Grande), Soldaten Friedrichs des Grossen (Los soldados de Federico el Grande); y finalmente, por orden del rey Federico Guillermo IV, ilustró las obras de Federico el Grande, Illustrationen zu den Werken Friedrichs des Grossen (1843-1849). A lo largo de estos trabajos, Menzel tuvo la pretensión de que fuera considerado uno de los primeros, si no el primero, de los ilustradores de su época en su propio estilo.
Mientras tanto, Menzel había empezado también a estudiar, sin ayuda, el arte de la pintura, y pronto realizó un gran número y variedad de cuadros. Sus pinturas demostraban firmemente la aguda observación y la honesta factura en temas que trataban de la vida y los logros de Federico el Grande, y escenas de la vida cotidiana, como En las Tullerías, La cena de bailey En confesión. Entre las consideradas como sus obras más importantes están La fundición de hierro (1872-1875) y Mercado de Verona. Cuando fue invitado a pintar La coronación de Guillermo I en Königsberg, produjo una representación exacta de la ceremonia sin tener en consideración las tradiciones de la pintura oficial. Las representaciones de Menzel de Federico el Grande fueron casi cinemáticas en su reportaje y atención al detalle, glorificando un gobierno represor en un estilo pseudodocumental; en virtud de estas cualidades y de haber recreado acontecimientos anteriores de orgullo nacionalista, las pinturas son de un efecto muy similar a las crónicas de las heroicidades napoleónicas por Ernest Meissonnier (1815-1891). En vida de Menzel, las implicaciones políticas de sus cuadros fueron apreciadas por Otto von Bismarck y Guillermo I, y tras su muerte, se las apropiaron para uso como póster electoral por Adolf Hitler. Si estas ilustraciones históricas anticiparon las cualidades literales del primer Impresionismo,6 es en pinturas como La ventana francesa y El jardín del palacio del príncipe Alberto, ambas pintadas a mediados de la década de 1840, que ahora atraen como “entre las más libremente observadas de las imégenes de mediados de siglo XIX.” En cuanto pinturas de género ponen de manifiesto relaciones con el arte inglés y francés, y habrían sido políticamente inaceptables en la Alemania guillermina; no se expusieron en vida de Menzel. Los dibujos privados y las acuarelas que hizo de soldados muertos y moribundos en los campos de batalla de la Guerra Austro-Prusiana en 1866 son implacables en su realismo, y han sido descritos por la historiadora del arte Marie Ursula Riemann-Reyher como “únicos en el arte alemán de la época.”
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Un artículo de Alberto Muñoz Moral
“Cena en el baile” (1878), de Adolph von Menzel